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domingo, 30 de junio de 2013

COMO DAR CLASE A LOS NIÑOS EN LA ESCUELA DOMINICAL

COMO DAR LA CLASE A LOS NIÑOS
           (Aunque siempre es bueno tener por lo menos una Biblia ilustrada o unos dibujos relacionados con la historia X.) si se trata de un grupo más grande o más "formal", LA historia todavía no está lista para contarla a los niños. Tenemos que hacerla más interesante para ganar la atención de los niños.
Si pudiéramos medir la atención de los niños en una escala, el máximo sería lo que deseamos: "Atención al maestro". ¿Cuál sería lo contrario?
- Si usted puso la palabra "desatención", está equivocado. ¡Los niños casi siempre están atentos! El problema es que no están atentos a nosotros, sino a cualquier otra cosa. Por ejemplo, un niño está muy atento a su pasador que se ha desatado. Otro escucha atentamente un chiste que le cuenta su amigo.
Entonces, el contrario (inquietud, distracción, ...) podemos llamar "atención a otras cosas". Hay una competencia entre lo que nosotros hacemos como maestro, y las muchas cosas alrededor que también llaman la atención de los niños. ¡Tenemos que ganar la competencia!

Cuando llegan a la reunión, probablemente están en un "nivel mediano" de atención. Por un lado, están con la expectativa de que algo interesante va a suceder. Pero por el otro lado, están todavía pensando en el juego que jugaban, o en su tarea de la escuela, o algo que sucedió en casa.
Por eso, el inicio es muy importante. Si hacemos algo interesante y creativo al inicio, la atención de los niños va a subir al máximo. Entonces soy libre para enseñar y contar mi historia, y los niños me van a escuchar.
Pero poco a poco va a disminuir esta atención. Los niños empezarán a voltear sus cabezas, a moverse, a jugar, a hablar entre ellos. Si sigo enseñando igual, va a llegar un momento donde ya no puedo controlar el grupo. (Las llamadas a la atención no van a cambiar nada tampoco, porque ya perdí la atención de los niños.) - Esto no es una maldad de los niños, sino algo natural: Nadie puede concentrarse por un tiempo infinito.
Entonces, ¿qué puedo hacer? - Puedo cambiar mi forma de enseñar; hacer algo nuevo. Suponemos que hasta ahora he usado dibujos para ilustrar mi historia. Pero ahora pongo mis dibujos a un lado, llamo adelante a un niño y le digo: "Tú vas a ser Pedro", y a otro: "Tú vas a ser Juan", y a otro: "Tú vas a ser Jesús." Estos niños van a ser los actores que representan mi historia. ¡En seguida, todos los niños van a estar atentos nuevamente!
Puedo seguir enseñando con este método por cierto tiempo. Pero pronto la atención de los niños va a bajar nuevamente; y otra vez tengo que hacer algo nuevo. El secreto consiste en tener formas y métodos variados para enseñar.
Para reflexionar:
¿Qué señales observa usted en el comportamiento de los niños cuando disminuye su atención durante una enseñanza?
Mencione tres diferentes formas de enseñanza que usted conoce y utiliza:
(Nota: Observe que en este mismo capítulo hemos utilizado tres diferentes actividades hasta ahora: 1. Observación de un gráfico, 2. Explicación escrita, 3. Reflexión sobre preguntas.)
Si tengo un tiempo prolongado con los niños, digamos más de una hora y media, aun el cambio de métodos no será suficiente para mantener su atención; los niños se cansarán. Entonces, en algún momento en el medio tengo que darles un recreo. Esto significa que les permito, por un tiempo definido, no estar atentos a mí. Por ejemplo, les permito salir para jugar, o les servimos un refrigerio. Así puede recuperarse su capacidad de concentrarse.
Después hacemos un nuevo inicio interesante para la segunda parte de la reunión, y los niños podrán concentrarse nuevamente.
¿Cuánto tiempo puede un niño escuchar de manera concentrada? - Esto es diferente en cada niño. Depende de su temperamento, de su entorno familiar y su educación. Pero mucho depende de su edad. Como promedio, podemos decir que un niño puede concentrarse un minuto por año de edad: Un niño de cinco años, solo cinco minutos. Un niño de diez años, diez minutos. Un adolescente de quince años, quince minutos.
Para reflexionar: Si tuviera que enseñar a niños de 5 años durante una hora y quiere cambiar de actividad cada 5 minutos, ¿cuántas diferentes actividades tendría que preparar?
(Nota): Esta situación se da en muchas iglesias institucionales, donde los niños son separados por grupos de edad: Uno o dos maestros tienen que enseñar (o "mantener ocupado") a un grupo de niños de cinco años durante una hora o más. Esto causa un gran problema para los maestros, porque ¡es imposible que niños de esta edad estén quietos y atentos durante una hora! Además, los niños de esta edad requieren la atención individual de un adulto. (Vea en "Características de las diferentes edades".) Pero un solo adulto no puede dar esta atención a veinte niños pequeños - ni siquiera a diez. Es mucho mejor que los niños pequeños estén con sus padres (o si esto realmente no fuera factible, con un hermano o una hermana mayor).
Por supuesto que existen actividades que pueden durar más tiempo. Un trabajo manual, por ejemplo, puede durar hasta media hora, porque los niños no necesitan estar constantemente atentos al maestro.
La capacidad de concentrarse depende también de la composición del grupo, y de la relación personal que los niños tienen conmigo y entre ellos. En una familia no muy grande, cuando papá o mamá se sientan juntos con los niños para contarles una historia, y todos se sienten a gusto, entonces aun los pequeños de cinco años podrán escuchar una historia de veinte minutos. Es que se encuentran cerca de su papá o mamá en quienes tienen confianza, saben que son amados, y que no tienen necesidad de competir con otros niños por el cariño de papá o mamá.
En cambio, si los niños están en un grupo grande con un solo adulto que no les puede atender a todos individualmente, hay unos niños intranquilos en el grupo, y las relaciones entre los niños no son buenas, entonces es posible que los niños no puedan concentrarse ni un solo minuto para escuchar una historia.
Esta es otra confirmación de que el ambiente familiar (una reunión en familia, o entre varias familias con padres e hijos juntos) es la mejor forma de enseñar a los niños. (Vea
"Una visión bíblica acerca de la iglesia".)
- Estos son algunos ejemplos de actividades variadas que podemos usar en la enseñanza:
Cantar; contar la historia con dibujos; contar dramatizando o con títeres; hacer preguntas de repaso; memorizar un versículo; dialogar acerca de una aplicación práctica; un juego; un trabajo manual.
¡Cada una de estas actividades debe relacionarse con la meta de la lección!
En nuestro bosquejo de la historia Bíblica, añadimos a la derecha dos columnas más. Allí anotamos para cada parte de la historia: las actividades que utilizamos para enseñarla, y los materiales que necesitamos para realizar estas actividades.
Nuestro ejemplo del Hijo Pródigo podría verse así:

Historia
Actividades
Material
- El hijo menor pide su herencia.
- 3 adultos actúan como padre e hijos.
- Disfraces para padre e hijos
- El padre reparte sus bienes.
- El hijo menor se va lejos.
- Malgasta su dinero.
- Mostrar dibujos de cosas en que el hijo gastó su dinero.
- Dibujos
- Viene una gran hambre.


- Tiene que pastorear chanchos.
- Los niños imitan chanchos; uno de ellos los "pastorea"
- Vestido roto para el "hijo pródigo"
- Se arrepiente y regresa donde su padre.
- Los adultos vuelven a actuar.
- Tela de colores ("vestido nuevo"), anillo, zapatos.
- El padre le perdona; fiesta.
- Cantar juntos un coro de alabanza para celebrar la fiesta.

Como contar la historia de manera interesante
Lea Jeremías 1:6-10.
¿Qué dijo Jeremías a Dios?
¿Qué respondió Dios a Jeremías en el v.8?
¿Qué hizo Dios con Jeremías (v.9) ?
Al enseñar por primera vez a un grupo, usted puede sentirse como Jeremías: "No sé hablar". Pero si Dios le ha llamado, él también le dará autoridad. Entonces usted puede pararse delante de los niños, con la seguridad interior de que Dios le ha puesto en este lugar y que él ha puesto Su palabra en la boca de usted.
Los siguientes detalles ayudan para mantener a los niños atentos:


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